Aproveché la pausa para consultar las redes sociales
y publicar lo que estaba viviendo. Mi sorpresa fue enorme al comprobar que, la
mayoría de noticias de mis amigos de la red hacían referencia directa hacia lo
mismo, la entrevista a Jonhy Petaca, el extraterrestre. Desistí de publicar lo
mío para no saturar la red con noticias redundantes y me dediqué a leer lo que
opinaba la gente.
—Maira, cariño. Todos parecen estar al tanto de lo
que sucede aquí, la noticia está corriendo como la pólvora, —le dije posando mi
mano sobre la suya, que ya había dejado de presionar con tanta fuerza mi
muñeca. Ella me miró con una expresión de evasión completa; parecía estar fuera
de ella misma. No sabía por qué, nunca la había visto así, pero fuera lo que
fuese, el tal Jonhy Petaca, parecía haber eclipsado a la mujer que tanto amaba.
—Quiero irme de aquí, Bruce, —dijo con esa expresión
de mil demonios y con la mirada perdida en algún punto del interior de mi cara.
Me dejó algo preocupado, las únicas veces que escucho mi nombre pronunciado por
sus labios es cuando algo no va bien.
—Pero, ¿qué dices? Si esto está en su punto más
interesante. Mira lo que dice la gente en las redes. Mira ese tío, si es un
actor, lo está haciendo genial. Estos de la tele se las saben todas, —contesté
acercándole el móvil para que pudiese ver algunas noticias de gente
anónima.
—Me da igual, Bruce. Quiero irme, ahora, —añadió
levantándose del asiento. Justo en ese momento, Jonhy giró su cabeza hacia
ella, el público pudo ver por primera vez, entre las sombras del interior de la
capucha, lo que parecía su cara, aunque difícilmente distinguible, Maira se
sentó automáticamente después de que Jonhy la mirara, o eso me pareció a mí. Mi
corazón dio un vuelco. Hasta el momento estaba tratando de convencerme a mí
mismo de que todo era un montaje, pero mi subconsciente parecía llevar la
contraria a mi consciencia activa. El hecho de que el ser se girara hacia Maira
justo cuando ésta pretendía abandonar el plató, y ella se sentara justo después
sin mediar palabra, me dejó acongojado, y eso era una prueba irrefutable, de
que estaba creyendo lo que veían mis ojos, aunque ese ser extraño estuviese
escondido detrás de una imagen humana aparentemente normal.
Lo que pasó a continuación, dejaría sin aliento
hasta al hombre más duro, del ejército más poderoso, de cualquier parte del
mundo. Anthony había abandonado el plató nada más saltar a publicidad, no sé si
por el agobio de estar entrevistando a alguien así o porque tendría sed, o vete
tú a saber. Lo que sí sé, es que cuando volvió y se sentó en su silla, el ser,
que había permanecido inmóvil en su sillón, se levantó y le dijo algo de cerca.
Cuando Jonhy se sentó de nuevo, Anthony me lanzó una mirada directa y
penetrante; se levantó y caminó hacia mí. Yo no sabía si me miraba a mí o
miraba a alguna parte del público en general, pero todo indicaba que sí, que
sus ojos se habían clavado en los míos y que venía a decirme algo después de
que el alien le susurrara de cerca. Se plantó bajo las gradas y me señalo con
el dedo.
—Tú, ¿puedes bajar un segundo? —Dijo. Esta vez era
evidente que se refería a mí. Aun así, hice un gesto de duda señalándome con mi
propio dedo, por si se refería a otra persona. Él asintió y supe que debía
bajar. Mi corazón iba a unas revoluciones que pocos cuerpos podrían aguantar.
Maira ni siquiera se inmutaba, parecía ausente. Bajé y me planté delante del
famoso presentador, arreglándome la camisa por detrás.
—Hola, —le dije con voz temblorosa. Se me acercó y
me dijo al oído:
—Me ha dicho que creas en él. Que eres el único
escéptico que hay en plató. Que tu mujer es la chica más hermosa que ha visto
desde que llegó, y que te dijera si accederías a hablar con él en privado
cuando acabe el programa, —su mano me agarraba del brazo fuerte. Mis ojos se
abrieron como dianas, no podía creer lo que estaba escuchando, por otro lado,
estaba tan aterrado, que dije sí, en modo impulsivo. Le di una palmadita a
Anthony, que ahora parecía una persona insignificante a la sombra de Jonhy
Petaca, y me retiré a mi asiento, comprobando que el público me miraba raro y
que Maira ni siquiera se había inmutado al verme ser protagonista de aquel
momento.
—¿Qué te ha dicho? —dijo alguien tocándome en el
hombro. Me giré y vi a un hombre mayor, abalanzado hacia mí; los de su
alrededor miraban atentos.
—No, nada. En realidad, no puedo decirlo, cosas del
programa. —No supe por qué, pero respondí eso, mis compañeros del público se
encogieron de hombros y volvieron a poner su atención en la entrevista que
estaba a punto de reanudarse.
—Tres, dos, uno. ¡Grabando! —Se escuchó.
—Queridos amigos extraños, —dijo Anthony mirando a
cámara—. Esto es La Zona Oculta y estamos viviendo, quizá, el momento más
impactante desde que comenzamos nuestra andadura televisiva por allá por el año
2010. Para los que se acaban de incorporar, y me consta que son muchos, les
diré que estamos entrevistando a Jonhy Petaca, un extraterrestre llegado de un
planeta lejano, que es capaz de escanear nuestras mentes, como ha quedado más
que claro al adivinar detalles exactos de mi pasado, detalles que sólo pueden
conocer las personas más cercanas a mí. Aún nos quedan muchas preguntas por
resolver. Pero antes, les diré cómo es que hemos conseguido traer a éste
singular personaje hasta nuestro plató.
—No hace falta que lo digas, Anthony. Ya me encargo
yo, —interrumpió Jonhy con su habitual calma inquietante—. La televisión no me
buscó, seguramente, no podrían encontrarme si yo no quisiera. Yo les busqué a
ellos. Busqué el medio de más repercusión, para dar a conocer nuestro mundo y
nuestra raza. He venido a este planeta para brindar la oportunidad a todos
vosotros de conocer la realidad. Posiblemente, ya haya varios agentes del
gobierno intentando interrumpir éste programa y llevarme a sus bases secretas,
tratando de ocultar la verdad; una verdad que todos tenéis derecho a conocer.
Inquieta bastante todo el conocimiento que tienes
sobre nuestra cultura. ¿A qué se debe? —Preguntó un Anthony atónito.
—Ahora mismo, mi querido amigo, Anthony. Estoy
escaneando todas las mentes de todas las personas que nos están viendo. Toda
esa información, llega a mí como datos que se transfieren de un ordenador a
otro. Buscábamos este tipo de divulgación para también llegar a la máxima gente
posible y absorber todo el conocimiento que podamos, de ese modo podemos
comprenderos mejor.
—Y… como todo en esta vida. Habrá algún fin para que
hagáis todo esto, ¿no?
—Muy acertado comentario, Anthony, —prosiguió
Jonhy—. Nuestro planeta está bastante deteriorado, casi no podemos vivir allí.
Hace años que tenemos este planeta como la alternativa más viable para poder
instalarnos y seguir evolucionando. El problema es que aquí estáis vosotros,
los humanos. Hacemos esto para tratar de introducirnos a vuestra cultura sin
que nos desplacéis o nos maltratéis, sólo queremos vivir.
El público murmuraba por lo bajo. La noticia estaba
creando controversia pero, por otro lado, ¿quiénes somos nosotros para decidir
si una nueva raza de otro planeta puede venir a vivir aquí? Al fin y al cabo,
son seres de la creación natural, aunque nosotros no podamos comprenderlo.
—Entiendo, Jonhy. Pero, ¿no crees que la idea de
tener a seres como vosotros, que son capaces de escanear las mentes ajenas,
puede crear malestar entre nuestra población? —Preguntó Anthony, que cada vez
parecía más asustado.
—En efecto, Anthony. Pero tenemos soluciones para
eso. Una vez aprendido todo lo necesario para vivir aquí, dejaremos de hacerlo,
no invadiremos más mentes, podéis estar seguros de ello. No creáis que queremos
venir para sustituiros o para tener poder por encima de vosotros, todo lo
contrario. Tenemos tecnologías que os favorecerán en gran medida y todo es
cuestión de hablar pacíficamente con los gobernantes y llegar a un acuerdo de
convivencia. Después de esta incursión en televisión, no podrán negar lo
evidente. Y lo evidente es que existimos y hemos venido a vivir con vosotros.
Este relato será publicado en un total de cuatro capítulos, debido a su amplitud, uno nuevo cada miércoles. No olvides suscribirte al blog para estar al día de nuevas publicaciones, clicando en el botón azul de la esquina superior derecha "participar en este sitio" y validando con tu cuenta de Google. Si te ha gustado lo que has leído, puedes compartirlo con tus amigos y dejar tu comentario, siempre es de agradecer y me ayudarás a crecer. Muchísimas gracias por tu visita y por leer mis historias. Saludos.
José Lorente.
Bueno, bueno. Se está poniendo de lo más interesante, si creyeramos en ellos, quien sabe si no serían al final igual que todos los políticos, que prometen, prometen y prometen para conseguir su objetivo y luego una vez estuvieran aquí, entre los humanos... ¿quién podría evitar que fuesen como son y continuaran escanándonos? Es complicado, pero nunca se sabe.
ResponderEliminarEA!!! ahora a esperar al siguiente capítulo.
Esa opción me surgió mientras escribía este relato, FG. Al final se resuelven las dudas, ya veremos en qué acaba todo esto, jejejej. Graciassss por tus comentarios, siempreeee!!! Besooosss!!
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