Recuerdo
cuando te vi por primera vez, Carola; tenías una cara angelical, tu pelo
brillaba con destellos púrpuras adiamantados. Sólo teníamos 17 años, pero al
verte, sentí que iba a quererte siempre. Los años han pasado y no pareces haber
envejecido, tu pelo sigue destellando y tu cara enamorándome cada día más.
Miles de emociones vividas y miles de experiencias han pasado por nuestra vida
de dos. Llegó la niña y eso nos hizo vivir mucho más felices. Y ahora, con 90
años, me miras y me dices: —Viviana, mi vida no podría haber sido mejor sin ti.
miércoles, 16 de octubre de 2013
Recuerdos
Publicado por
Unknown
en
miércoles, octubre 16, 2013
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