miércoles, 8 de enero de 2014

Entrevista a un extraterrestre

Me encontraba como espectador entre el público de un programa de la televisión; uno de esos a los que no puedes dejar de acudir, al menos una vez en la vida, por su forma de transmitir cosas insólitas y difíciles de entender para cualquier tipo de mente cerrada.


    A mi lado estaba Maira, mi compañera de vida, o como ustedes quieran llamarle; tan alegre como siempre, aplaudiendo al fulgurante presentador, que apenas acababa de hacer aparición en escena. Mis aplausos eran un tanto más apagados, lo cual no se notaba nada en el ambiente, porque en general, todo el público estaba entusiasmado por ver a su ídolo en persona y no a través de una ventana rectangular colgada en una de las paredes de su salón.


    —Ahora es cuando dice lo de “buenas noches, mis queridos amigos extraños”, —me advirtió Maira dando tres golpecitos con su codo en mi antebrazo y mostrando su señalada sonrisa. A lo que contesté:


    —Sí, querida; veo este programa todos los viernes contigo en el sofá, —sin mirarla y dejando de aplaudir, esperando que me sorprendieran en esta noche, como otras tantas habían conseguido en sus interesantes debates de lo
“desconocido”.


    Después de soltar su frase periódica famosa, el presentador se puso bastante serio, más que la mayoría de las veces que estos ojos habían podido presenciar en los casi diez años de vida del susodicho programa. Las palabras de Anthony Walkers no pudieron apagar los aplausos más estrepitosamente, por lo raras que sonaban. Al terminar de decir aquello, se escuchó un murmullo general ocasionado por la sobriedad y significado de éstas. Acababa de anunciar, que hoy el programa, transcurriría en su totalidad con la entrevista a un ser de otro mundo, un extraterrestre, según dijo Anthony. Y es que, la seriedad habitual del programa, te hacía pensar que eso que acababa de anunciar era cierto; pero por otro lado, sonaba a montaje televisivo, a algo que no somos capaces de imaginar bien pero que, por otro lado nos despierta una grandísima curiosidad a la mayoría de los seres humanos.


    —Sí, amigos extraños. Han escuchado bien. Dejen que les transportemos a otros mundos con las palabras de, ¡Jonhy Petaca! El extraterrestre llegado en primicia a La Zona Oculta, —exclamó Anthony haciendo un gesto con sus brazos de dar paso al ser en cuestión.


     Un hombre que estaba todo el tiempo pendiente del público, alzó un cartel en el que se podía leer: “aplausos”, y la gente comenzó a aplaudir violentamente, alentada por poder ver por primera vez en su vida a un alienígena en directo, parecía que causaba más fervor que el mismísimo Anthony Walkers.


    Maira no aplaudía, parecía no ser capaz de hacerlo por el gran respeto que le había producido la noticia. Tenía su mano aferrada a mi muñeca como quien agarra una raqueta para dar un golpe óptimo.


    Apareció en escena entonces, un muchacho con aspecto de rapero, llamaban la atención sus largos pies en proporción con su cuerpo delgado y curvado. Andaba errático, como si estuviese cojo de una pierna y no pudiera levantarla del suelo al caminar. Sus manos iban guardadas en el bolsillo de la sudadera con capucha que le cubría la cabeza por completo. Tomó asiento en el sillón de piel granate estilo antiguo, que tiene el programa para realizar entrevistas a personajes del ocultismo y todo lo relacionado con temas que no entendemos.


     Anthony tomó asiento en su silla y se acomodó, dejando que sus ojos observaran atentamente durante unos segundos al individuo. Los aplausos se convirtieron en silencio absoluto; las caras de la gente desplegaban gran emoción y atención, la mía no era menos, aunque me mostraba bastante escéptico, a pesar de ser una persona que cree en la existencia de seres realmente extraordinarios entre nosotros, que bien podrían ser de otros mundos. Aun así, soy de los que piensa que hasta que no lo veo, no lo creo.


    —Buenas noches, señor Jonhy, —balbuceó como pocas veces Anthony—. Bienvenido a La Zona Oculta.


    —Buenas noches, Anthony, encantado de estar aquí, —contestó el otro, haciendo un gesto de asentimiento y con una voz que para nada parecía extraña, al contrario, era un timbre de voz corriente, yo diría que bastante común.


    Un, “¡oh!” se extendió como fuego por un charco de gasolina entre el público. La gente parecía maravillada al unísono por el hecho de escuchar por primera vez a un ser de otro planeta. Yo me sentí en ese momento como la única persona de entre todos, que no creía del todo que fuese cierto. Maira no me soltaba la muñeca; parecía aterrada. No entendía por qué; en la televisión nunca ocurre nada malo, siempre está todo controlado, y si esto representara una amenaza, no lo habrían hecho, y en el caso de que te pase algo, siempre imaginas que te puedes llevar una buena indemnización tratándose de un medio con tanta repercusión social. Pero bueno, Maira no soy yo, eso está claro, ella tiene sus propios pensamientos de todas estas cosas, o eso imagino.


    —Y dime… Jonhy Petaca. ¿Nos puedes explicar el motivo de tu nombre? —Preguntó el intrépido presentador señalando con su bolígrafo al alien.


    —Sí, claro. La primera persona que me encontré después de llegar aquí, fue un hombre que se llamaba Jonhy; ese hombre, lo primero que hizo al verme, fue extenderme su mano sosteniendo una petaca, así varias veces. Al escanear su mente y absorber información de él, decidí ponerme este nombre para identificarme entre vosotros. Es así como lo hacéis aquí, ¿no? Os ponéis nombres identificativos, —contestó Jonhy en tono amable y calmado.


    Anthony se quedó mirando un momento, como hipnotizado. La gente permanecía igual, parecían absorbidos por todo lo que pudiera decir este hombre extraño.


    —Eso me lleva a otra pregunta, —prosiguió el presentador después de la breve pausa—. Bueno, me lleva a varias preguntas. ¿De dónde vienes? ¿Allí no utilizáis nombres para diferenciaros? ¿Sois capaces de escanear mentes?


    —Vengo de un planeta lejano, no puedo pronunciar su nombre aquí porque no podríais descifrar el sonido empleado para ello. No utilizamos nombres propios como vosotros, nos diferenciamos por ondas electromagnéticas, todos sabemos quién es quién de ese modo. Y sí, vuestras mentes son como libros abiertos para nosotros, una rápida pasada y toda vuestra información queda almacenada en nuestro cerebro, como si fuese parte de nosotros desde siempre, —el alien se reclinó en su asiento al terminar, parecía orgulloso.


    —Entonces, ¿podrías saber ahora mismo…?


    Anthony fue interrumpido por él.


    —Te criaste en el barrio de Talunca, en una casa de dos pisos de altura. Fuiste al colegio Atabarca, dos calles más allá. Tu abuela te daba caramelos de café a escondidas de tu madre, era un juego entre vosotros…


    Ahora fue Anthony el que interrumpió al ser.


    —Ya basta, ya basta, —el color de la cara del presentador tomó un rojizo suave, holgó el nudo de su corbata un poco e hizo un gesto de apuro y sorpresa con su cabeza—. Está claro que puedes hacerlo.


    Otro, “¡oh!” invadió todo a mi alrededor.


    —Señoras, señores. Sé que parece extraño e increíble lo que está sucediendo esta noche aquí. Pero les puedo asegurar que es cierto, nadie le ha dado datos a Jonhy de mi pasado. Es un extraterrestre en toda regla, uno de esos que hemos querido ver siempre de verdad para creer que existen, uno que lo están viendo millones de personas en directo en nuestro programa, La Zona Oculta. En cinco minutos volvemos de publicidad con, ¡Jonhy Petaca!, el extraterrestre que cogió prestado el nombre de un tío borracho, —dijo Anthony haciendo gala de la poca profesionalidad que le había quedado, después de la sorpresa que parecía haberse llevado, con lo de sus recuerdos más íntimos.





Este relato será publicado en varios capítulos, debido a su amplitud, uno nuevo cada miércoles. No olvides suscribirte al blog para estar al día de nuevas publicaciones, clicando en el botón azul de la esquina superior derecha "participar en este sitio" y validando con tu cuenta de Google. Si te ha gustado lo que has leído, puedes compartirlo con tus amigos y dejar tu comentario, siempre es de agradecer y me ayudarás a crecer. Muchísimas gracias por tu visita y por leer mis historias. Saludos.
José Lorente.



2 comentarios:

  1. Vaya Vaya!!!!!!

    Me has dejado ahora mirando los anuncios, y como hasta la semana próxima no habrá un nuevo capítulo, me da la sensación que por el momento no me quedará más remedio que optar por el recurso llamado "zapping" jajajajajaja

    A ver qué nos deparará este extraterrestre.

    Besos!

    ResponderEliminar
  2. Jajajaja. Así nos hemos quedado todos hasta el próximo miércoles, en los anuncios. Esta historia la estoy disfrutando mucho al escribirla... Espero que os sorprenda. Besossss!!

    ResponderEliminar