miércoles, 22 de enero de 2014

Entrevista a un extraterrestre. Capítulo 3

—Bien, Jonhy. Comenzamos a saber más cosas sobre ti. ¿De verdad los gobiernos, sabían de vuestra existencia y nos lo han ocultado? —Preguntó el presentador—. Siempre ha habido rumores sobre eso, pero la habilidad de los altos mandatarios de esconder la verdad es cada vez mayor.


—Por supuesto que lo sabían, es más, me consta que conocen a un total de 12 razas diferentes de seres que no habitan este planeta, pero lo han visitado alguna vez, —contestó Jonhy con tono simpático.


—¿Quieres decir que en tu planeta existen otros seres?


—Claro que existen. Igual que aquí hay animales, allí también hay otras especies diferentes a nosotros, pero la nuestra es la más avanzada, como el humano aquí. Los seres de otros planetas a los que conoce vuestro gobierno, no son todas de nuestro mundo; hay de hasta 9 planetas diferentes.


—Deduzco que, seres de 9 planetas diferentes han visitado nuestro planeta alguna vez, ¿es eso lo que quieres decir, Petaca?


—Exacto, eres muy hábil, Anthony, amigo.


—¿Y desde cuándo crees, o sabes, que nuestro gobierno tiene esa serie de
conocimientos?


—El primer contacto con un ser vivo llegado de otro planeta en vuestra era, data del año 220 D.C. Entonces no lo entendieron bien, pero con el paso de los años, habéis podido desarrollar vuestra masa cerebral, y los altos mandatarios, siempre han tratado de ocultar la verdad para no desestabilizar a la población. Pero ya hubo visitas anteriores a que vuestra raza se implantase en este mundo. Hubo una época en la que ya vivimos aquí, pero luego, este planeta se transformó en poco tiempo impidiendo nuestra vida, tuvimos que volver a casa. Desde hace unos años la Tierra, tiene las condiciones óptimas para nosotros, estamos preparados para vivir aquí, aunque existen ciertas condiciones que nos han obligado a adaptarnos.


—¿A qué condiciones te refieres? —Preguntó Anthony enarcando una ceja.


—A condiciones de clima. Vuestras temperaturas fluctúan de una manera demasiado suave para nosotros, estamos acostumbrados a cambios en la temperatura extremos y vertiginosos. Nos costaría demasiado adaptarnos a ello, pero tenemos medios para poder evitar esa circunstancia.


—¿Qué tipo de medios?


—Este tipo de medios… —contestó Jonhy echándose mano a la capucha, como para retirársela. Lo hizo, poco a poco, manteniendo la tensión y la atención de todo aquel que miraba, expectantes de ver por fin la apariencia del individuo.


Un murmullo generalizado se escuchó en el público. Todos lanzamos ese tipo de expresión cuando vemos algo que nos asombra demasiado. Una lámina translúcida, gelatinosa y de color verde apareció detrás de esa capucha; sin ojos, sin boca, sin orificios. Sólo algo plano, maleable y blando, que se movía como algo vivo y se introducía hacia el interior de la sudadera rapera, dejando a la imaginación el resto. Para nada se cotejaba esa imagen con la que conocíamos de un extraterrestre; esos de ojos grandes y cuerpos afilados. Estando en casa, todavía podía parecer un montaje realizado por las avanzadas cámaras de grabación, pero visto en directo, ya no cabía ninguna duda de que todo era cierto. Era un extraterrestre infiltrado en nuestra televisión para mandar un mensaje desesperado, pidiendo permiso para poder venir a vivir aquí con toda su raza. Esto era incluso más inquietante que el hecho de verlo ahí, en directo. Extrañamente, la gente no decía nada, permanecía atenta a aquello que veían sus ojos, quizá tratando de colocar cada pieza en su sitio sin éxito. Los humanos tendemos a imaginar que todo ser viviente debe poseer ojos, instrumentos para moverse y orificios por donde respirar, sin pensar que estamos cegados por las limitaciones de nuestro mundo, e ignorando que en otros planetas, la vida puede constar de otros métodos para sobrevivir.


…son los que nos permitirán vivir aquí, —prosiguió Jonhy Petaca, el gelatinoso ser, verde y plano—. Nos constituimos de un material bastante avanzado que nos permite proteger nuestras funciones vitales en condiciones adversas, de ahí nuestra apariencia. En nuestro planeta no somos así, tenemos otro aspecto. Para poder vivir aquí, necesitamos ser así, olvidaros de que podemos cobrar forma humana, no sabemos hacerlo, aunque me consta que especies de otros planetas, sí pueden. Nosotros lo que podemos hacer es disfrazarnos de vosotros, con un detalle tal, que nadie notaría que somos diferentes.                    


—Increíble, amigos extraños. Yo lo vi antes de comenzar el programa y me quedé como todos ustedes están ahora, —dijo Anthony mirando a cámara, tratando de encajar toda la información que nos estaba brindando este ser, con el añadido de tenerlo a su lado, estaba demostrando ser un profesional excelente—. Nos tienes asombrados, siempre pensé en el momento en el que vería a un ser de otro planeta, pero nunca imaginé que pasaría de este modo, en mi programa.


—Es un placer estar aquí esta noche, Anthony, —añadió Petaca, aunque su voz era algo que no podías siquiera imaginar de dónde salía.


—Bien, amigos extraños, Jonhy. Me dicen que podemos dar paso a las llamadas telefónicas y preguntas a través de las redes sociales, —dijo el presentador ordenando sus papeles en la mesa—. La gente que está en sus casas te formulará preguntas a las que debes responder. ¿De acuerdo, Jonhy?


—Sí, me parece bien. Contestaré sin problema, —contestó sin vacilaciones el alien.


—¿Hola? —se escuchó una voz telefónica femenina.


—Sí, ¿quién eres? —Preguntó Anthony.


—Me llamo Mónica. Mi pregunta es: ¿Crees que podréis trabajar para pagaros una casa como hacemos la mayoría aquí?


—No necesitamos casa para vivir, —contestó Jonhy—. No necesitamos dormir como vosotros, podemos estar siempre en movimiento.


—Marcos Grande pregunta desde Twitter, —dijo Anthony—: ¿en vuestro planeta existen las plantas?


—No, allí hay otro tipo de seres vivos, yo diría que, lo que podría parecerse más a las plantas en mi planeta, serían unas pequeñas bolas de ácido que flotan por todas partes. Es nuestra principal fuente de energía.


—¡Sí! —Se escuchó otra voz telefónica en el plató, esta vez masculina y cargada de escepticismo—. ¡Yo no me creo ná! Esto es un montaje de estos que hacen para ganar audiencia, como han hecho siempre en la tele.


—¿En serio? —Contestó Jonhy con voz desafiante—. Entonces deberías ver esto, a ver si así crees o no.


La lámina verde se giró hacia el público, ahora ya no se veía plana, se veía amplia, al estar de frente. Comenzó a vibrar como el cascabel de la serpiente que recibe ese nombre común, y de repente, todo el plató se tornó de color azul claro y mi cuerpo se paralizó. Instantes después, un intenso frío recorrió todo mi torso, mi aliento chocaba con algo nada más salir de mi boca, mis oídos formaron un vacío, como cuando te los tapas con las palmas de las manos. Las cámaras se giraron hacia las gradas, enfocándonos de pleno. Parecía que Jonhy nos había hecho algo. Esa sensación, y el color azulado de la sala, duraron unos segundos, después, todo volvió a la normalidad.


—¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿Habéis visto eso? ¡Ha cubierto con una capa de hielo a todo el público en cuestión de milésimas de segundo! —Gritó Anthony, que esta vez no pudo contener los nervios, dejando su metódica profesionalidad a un lado.


—Sí, y esto es sólo una muestra de todo lo que somos capaces de hacer. Ahora el público de casa, creerá todo lo que ve a través de su televisor, —dijo el alien con tono fresco y simpático.


—Pero, Jonhy, ¿no crees que vuestra raza está demasiado avanzada como para poder convivir con nosotros, los humanos? Lo que acabas de hacer, te ha resultado tan fácil como abrir un huevo a cualquier ser humano, —preguntó Anthony, que cada vez parecía más inquieto.


—Desde luego que estamos muy avanzados con respecto a vosotros, pero, lo vuelvo a repetir, no queremos competir con vosotros, queremos integrarnos y tenderos nuestros conocimientos. Os ayudaremos a evolucionar más rápidamente, seréis vosotros los que acabaréis siendo más avanzados evolutivamente hablando, —contestó Jonhy, que seguía en ese modo tranquilo y pausado.






No olvides suscribirte al blog para estar al día de nuevas publicaciones, clicando en el botón azul de la esquina superior derecha "participar en este sitio" y validando con tu cuenta de Google. Si te ha gustado lo que has leído, puedes compartirlo con tus amigos y dejar tu comentario, siempre es de agradecer y me ayudarás a crecer. Muchísimas gracias por tu visita y por leer mis historias. Saludos.
José Lorente.



2 comentarios:

  1. Creo que los mismos seres humanos, de suceder un hecho así, seríamos tan inútiles que por competir con eso de "no puedes hacer esto, me estás engañando, a ver demuéstramelo" ... Acabaríamos echando a perder a esos seres siendo incluso tan avanzados... No sé yo, si resultaría buena la idea, pero mientras yo hago mis cábalas, no me queda otra que esperar al siguiente capítulo.

    ResponderEliminar
  2. Vaya, FG. A veces somos demasiado ignorantes y prepotentes; eso no nos deja asumir que pueda haber una raza más avanzada que nosotros rechazándola sin más motivo que ese. Gracias por seguir ahí cada semana, el miércoles será el último capítulo de este relato. Besosss!! ;)

    ResponderEliminar