miércoles, 20 de noviembre de 2013

La manada

Pensando en cómo los seres humanos, tendemos a hacer las cosas a las mismas horas y en los mismos sitios unos y otros, se me plantea una duda, ¿acaso es tan difícil ser una persona original y desmarcarse un poco del resto?


    Para responder a esta pregunta, me dirijo a uno de los centros comerciales cercanos a mi casa, en un día y a una hora, en las que la gente suele salir de casa e ir allí. Una vez en el sitio, me siento en un banco a observar el movimiento y comportamiento de las personas que vienen y van.


    Después de un buen rato mirando con detenimiento a cada individuo, familia, o grupos de amigos, me llama la atención un chico, que parece comportarse de diferente manera al resto.


    Las familias llegan; el padre camina tranquilo, la madre, cargada con el bebé o con el carro; los hermanos corretean y juegan alrededor, es un momento de caos para los padres, pero a él, parece importarle más el teléfono móvil o la televisión que tiene que mirar para su posterior
compra.


    Las personas que llegan solas, generalmente, caminan deprisa, con un objetivo claro; llegar a la tienda en la que estaban pensando, comprar lo que tenían en la cabeza e irse corriendo a reunirse con los amigos o a estrenar eso por lo que acaban de pagar.


    Los grupos de amigos, andan en manada, el dominante delante, seguido por el segundo líder de cerca y sus secuaces un poco más atrás, hablando entre ellos, como si estuviesen conspirando contra los que van delante, callados, sólo demostrando que ellos son los líderes.


    Desde luego, estos son sólo unos ejemplos, y existe una grandísima diversidad en los comportamientos de la gente, pero en el rato que pasé ese día allí, pude comprobar que estos son los comportamientos más comunes.


    Pues bien, dicho esto, pasamos a analizar al sujeto que me llamó la atención por su desmarcado y diferenciado comportamiento. Este chico llegó solo, no caminaba deprisa, más que nada porque iba andando y escribiendo a través del móvil. Llegó al centro de la plaza, alzó la cabeza, guardó el móvil y se sentó en el banco más cercano que encontró. Se quedó allí durante todo el tiempo que yo estuve, observaba a la gente y tomaba notas en una especie de cuaderno. Yo, intrigado por ese chico, que para nada estaba haciendo lo que parece ser “normal”, me acerqué sigilosamente por detrás para ver lo que estaba anotando en ese cuaderno misterioso. Sorpresa, ese chico era un pintor y estaba capturando la imagen que veían sus ojos, plasmándola en ese cuaderno, desgastado por el tiempo y quizá, por el gran número de pinturas que habría creado en él.


    Mi pregunta quedó resuelta, al menos para mí.


    No es muy difícil ser diferente y comportarse de un modo original. Sólo basta con tener la confianza y valentía justas, para poder hacer cosas que sean propias y únicas de ti, sin copiar a nadie. Si tienes falta de confianza y valentía, te sentirás cómodo haciendo lo que hace la mayoría. Si te esfuerzas en desarrollar esas capacidades, serás libre y exclusivo, consiguiendo que los actos que antes te parecían imposibles, o que pensabas que al hacerlos te mirarían como a un “raro”, se conviertan en hábitos que permitirán que evoluciones y progreses como persona.




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2 comentarios:

  1. Me he identificado muchísimo con tu post, habitualmente voy siempre con libros a todas partes, por supuesto antes era más complicado porque no existían en formato e-book, y a veces (según qué libros) eran como ladrillos, pero yo erre que erre con mi libro a cuestas, llegaba a un anfiteatro casi una hora antes de entrar a mi trabajo y me sentaba allí a leer, dicho así parece normal, no lo es cuando años antes yo empezaba mi jornada a las seis de la mañana jajajajajjajaja pero "raros" para el resto de la gente somos aquellos que no hacemos lo que se diría normal para la inmensa mayoría y sinceramente, me siento feliz de ser como soy. Cómo me ha gustado que justamente el que llamó la atención era quien se fijaba en su entorno para plasmarlo después.

    Feliz resto de semana!!!!

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  2. Quizá los "raros" son ellos, FG. Nosotros, los "raros" comunes, creo que entendemos el significado de la felicidad y no nos hace falta hacer lo que la mayoría para llegar a ello. Me alegra que te hayas visto reflejada y sepas que no estás "loca", sino que somos muchos más los "locos". Muchísimas gracias por leer, reina. Un besoteee :D

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