miércoles, 13 de noviembre de 2013

Aves por relojes



No era, sino un fragmento helado, dando pasos errantes en la nieve. El sol corría bajo en el horizonte, incapaz de calentar aquel dolorido cuerpo. Un paso algo más pesado que el anterior, provocó que el hielo se resquebrajase bajo sus pies, cayendo vertiginosamente y chocando contra las paredes; un accidente que le dejó inconsciente del todo.


Al abrir los ojos
, lo primero que recordó fueron las palabras de su padre: —Hijo mío, en la nieve, cuando hay un montículo algo más abultado que todo lo demás, debemos evitar pisarlo, podrías ser engullido por el suelo en cuestión de segundos—. Sus años de experiencia no habían servido para evitar caer; estaba allí, solo, con miedo e incapaz de moverse, la muerte le rondaba de cerca. Pero, algo contrario a su situación parecía suceder. No sentía ese frío doloroso de antes de quedar inconsciente, el miedo fue transformándose en una sensación de equilibrio mental y físico que le permitió levantarse sin problema. Estaba en una cavidad de hielo, los colores azules y blancos predominaban por todas partes. La galería estaba llena de túneles que conducían a algún lugar en el interior de aquel bloque gigante helado. Avanzó sigilosamente por uno de ellos, de su respiración manaba vaho a raudales, pero no sentía ni pizca de frío. Podía andar fácilmente. Avanzó y avanzó hasta llegar a un lugar oscuro, caliente, allí el hielo se fundía en agua que goteaba por todas partes, un aire pegajoso y cálido salía del interior. Se detuvo en aquel lugar extraño. Notaba como su cuerpo pesaba menos que antes, era como si la gravedad fuese menor y pudiera casi volar de un salto. Saltó y comprobó que podía alcanzar una gran altura con ello. Estaba fascinado al mismo tiempo que extrañado. De la pared salió un ser espectral, se le plantó delante y con voz ronca y hueca le dijo:


—Nada de esto has podido ver. Tú no vives aquí, tu lugar está allí. No recordarás nada. No has visto nada. Debes volver y crecer, crecer más y  mejor. Debes cumplir tu cometido en la vida que te ha tocado, debes vivir para morir cuando te llegue el momento.


—Pero, ¿esto qué es? ¿Dónde estoy?


—Tus preguntas son equivocadas. No tienen respuesta. Deberías preguntarte otras cosas.


—¿Cosas? ¿Cómo qué?


—Como si has resuelto las cosas que te quedan por hacer o si has visto crecer a tus hijos. Esas son las preguntas que debes realizarte aquí y ahora. Lo demás no importa.


—Es cierto. Mis hijos me necesitan. No puedo quedarme aquí mucho más tiempo. Debo solucionar los problemas que hay en casa. Mi mujer me necesita también. ¿Cómo puedo salir de aquí?


—No lo sabes, pero ya has salido.


De repente, volvió a encontrarse delante del montículo de nieve propenso a romperse. El frío había vuelto a su cuerpo impidiéndole avanzar con facilidad. Se quedó quieto, pensando en la visión que acababa de tener. Según los ancianos más expertos, el aire helado provocaba ese tipo de visiones a veces. —Ha sido tan real, ha sido como un aviso. Debo comprobarlo, ---pensó—. Como pudo, sacó una de sus cantimploras vacías de la mochila y la lanzó hacia el montículo; aquello se resquebrajó y cayeron trozos de hielo y nieve, dejando en su lugar un agujero en el suelo. No podía creer lo que estaba viendo. Algo le había alertado de aquel peligro, que sin duda, hubiera sido el final de sus días. Pero su familia lo esperaba en casa para cenar y no podía perecer allí. Sacó fuerzas de donde pudo y con sus doloridas articulaciones avanzó y avanzó, intentando llegar a casa.


Un pitido largo, agudo y estruendoso comenzó a sonar a poca distancia de él. Se giró y vio unas aves extrañas volando en círculos. Lanzaban silbidos penetrantes, una y otra vez, una y otra vez, como intentando prevenirle de algo. En milésimas de segundo, todo se volvió oscuro, los pájaros fueron desapareciendo pero no sus graznidos. Miró a su lado; el reloj despertador sonaba como las raras aves a las 6:00 de la mañana, la hora de irse a trabajar.


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2 comentarios:

  1. Podríamos llamarlo intuición, o tal vez una predicción de aquello que puede pasar ahora mismo, o en un tiempo futuro, pero de alguna forma en más de una ocasión sentir algo así nos puede librar de una buena y este ha sido el caso esta vez. Me gustó.

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  2. Quizá el sueño le avisa de algún peligro cercano, FG. Es tan complejo nuestro subconsciente, no sabemos nada... Me alegro que te haya gustado. Muchísimas gracias por leer. Un besoooo!!!! :D

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