domingo, 19 de abril de 2015

Correctivo


Cuando pienso en ti sé que no puedo ver más allá porque la vida no tiene sentido.
Cuando yo pienso en ti, sé que nunca pude imaginar una vida así, llena de misterio e incertidumbre.
—¿Y qué hace que pienses en mí de ese modo?
—¿Y tú en mí?
Supongo que no lo sé.
Supongo algo parecido.
—¿Y qué pasaría si todo lo que te digo es mentira?
Que serías un mentiroso y nunca más volvería a pensar en ti del modo en que lo hago.
Es mentira.
Cuando pienso en ti veo a una persona egoísta y traicionera.
No es para tanto, es mentira que era mentira.
Al mentir sobre que era mentira te conviertes en mentiroso, ¿no?
Me temo que sí. Pero, ¿y si en vez de mentira fuese una simple broma?
Eso te convertiría en bromista, pero no mentiroso, lo cual ya eres.
No.
Sí, mentiste.
Pero era broma, no mentira.
Para ser broma tendrías que haberla calificado así desde un principio, no después.
Ya. Supongo que tienes razón.
Quizá eso sea mentira también, viniendo de un mentiroso
—¿Insinúas que no tienes razón?
No, sólo digo que eres mentiroso. También digo que quizá, yo podría ser un mentiroso también.
—¿Lo eres?
No he dicho eso. ¿Podrías tú decir lo mismo sobre ti mismo?
No soy mentiroso.
No sé si creerte o no, antes has mentido.
—¡¡Era una broma!!
Primero dijiste que era mentira, no me inspiran confianza tus palabras desde ese momento.
Pues vas a tener que aguantarme.
—¿Sí? ¿Por qué?
Porque soy tu ego, idiota.
—Ah, vale.

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